ENFERMEDAD MENTAL Y SENTIDO DE VIDA.

10.06.2018

Una de mis pequeñas aportaciones para el libro “La enfermedad mental desde la diversidad”. Ana Adarve. Psicóloga.

 

Todo ser humano necesita tener un sentido de vida, algo que le motive y le impulse en este recorrido maravilloso que es la vida. Cuando al enfermo mental se le niega la posibilidad de integrarse en la sociedad, se le está abocando a un vacío existencial, algo que muy lejos de ayudarle a mejorar le ahonda mucho más en las arenas movedizas de la enfermedad.

La medicación cumple una función estabilizadora, pero una vez conseguido, hay que ir más allá, hay que facilitarles la posibilidad de independizarse, de trabajar, de sentirse útiles, de sentir que son válidos como personas y que pese a sus limitaciones tienen mucho que aportar y recibir de la sociedad.

El sentido de vida tiene mucho que ver con lo que podemos dar al “otro”, porque nos hace más fácil entender el por qué estamos aquí. ¿Qué somos sin tener con quien compartirlo?, sin abrazar y celebrar cuando nos pasa algo bueno, sin que nos escuchen cuando nos sentimos mal, sin compartir esos instantes especiales que nos hacen coger el móvil y decir…” como me gustaría que estuvieras aquí”. La persona con enfermedad mental no es distinta, tiene las mismas necesidades, por eso, es tan importante evitar el aislamiento, es fundamental trabajar su entorno social para facilitarle un enorme colchón afectivo donde amortiguar tanto lo bueno como lo malo, y es vital enseñarle a gestionar las emociones e inseguridades que a veces le invaden y que le impiden precisamente eso…relacionarse con los demás. Acabar con el aislamiento es una labor de todos, de la sociedad, de los familiares y del propio enfermo, y comienza por la aceptación de la enfermedad.